viernes, 19 de noviembre de 2010

AMORES Y CÓLERAS

No me gustaría suspender a media clase (aunque a algunos de vosotros, por olvidadizos y vagos os tenga muchas ganas...) pero estáis advertidos, mira que lo digo, lo digo y lo repito... tenéis que estudiar más. 
Mi propuesta de repaso para este fin de semana:
- Las perífrasis, que ya se os están olvidando.
- Los tipor de coordinación, con sus nexos correspondientes.
- Leer el artículo de Pérez Reverte en el Semanal (podéis acceder con el link de la semana pasada) que saldrá el domingo y decirme el lunes 3 mecanismos de cohesión encontrados en el texto. 

Y para dulcificar un poco el fin de semana, os dejo un fragmento maravilloso de El amor en los tiempos del cólera (de donde os puse el fragmento del loro) para que veáis por qué os digo que es una de las mejores novelas que se han escrito... 
Es del principio del libro, cuando Florentino, enamorado como un niño (lo estará de Fermina toda la vida), va a pedir su mano al padre... PODÉIS ANALIZAR LOS SUBRAYADOS...

 Fue esa la época en que cedió a las ansias de comerse la gardenias que Tránsito Ariza cultivaba en los canteros del patio, y de ese modo conoció el sabor de Fermina Daza. Fue también la época en que encontró por casualidad en un baúl de su madre un frasco de un litro del Agua de Colonia que vendían de contrabandolos marineros de la Hamburg American Line y no resistió la tentación de probarla para buscar otros sabores de la mujer amada. Siguió bebiendo del frasco hasta el amanecer,emborrachándose de Fermina Daza con tragos abrasivos, primero en las fondas del puerto y después absorto en el mar desde las escolleras donde hacían amores de consolación los enamorados sin techo, hasta que sucumbió a la inconsciencia. Tránsito Ariza, su madre,  que lo había esperado hasta las seis de la mañana con el alma en un hilo, lo buscóen los escondites menos pensados, y poco después del mediodía lo encontró revolcándose en un charco de vómitos fragantes en un recodo de la bahía donde iban a recalar los ahogados. Aprovechó la pausa de la convalecencia para reprenderlo por la pasividad con que esperaba la contestación de la carta. Le recordó que los débiles no entrarían jamás en el reino del amor, que es un reino inclemente y mezquino, y que las mujeres sólo se entregan a los hombres de ánimo resuelto, porque les infunden la seguridad que tanto ansían para enfrentarse a la vida. Florentino Ariza asimiló la lección tal vez más de lo debido. Tránsito Ariza no pudo disimular un sentimiento de orgullo, más concupiscente que maternal, cuando lo vio salir de la mercería con el vestido de paño negro, el sombrero duro y el lazo lírico en el cuello de celuloide, y le preguntó en broma si iba para un entierro. Él contestó con las orejas encendidas: “Es casi lo mismo”. Ella se dio cuenta de que apenas podía respirar de miedo, pero su determinación era invencible. Le hizo las advertencias finales, le echó la bendición, y le prometió muerta de risa otra botella de Agua de Colonia para celebrar juntos la conquista.

2 comentarios:

  1. patricia soy leyre de 4B no me deja entrar en el enlace de la pagina del semanal

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  2. no te preocupes, Leyre, es que no se actualiza. Inténtalo desde la web general de El Semanal XL.

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